
La tradición bogotana dice que el Ajiaco es para comer en familia y de preferencia el domingo, en mi casa esta tradición nunca fue respetada por varias razones, primero porque mi mamá no era bogotana segundo porque los gustos familiares estaban completamente divididos tres amamos el ajiaco dos lo odian y la tercera y más fuerte es que en mi casa por tradición un domingo vamos a almorzar por fuera esta costumbre la heredamos de mi abuelo y cuidadosamente todos la intentamos mantener, normalmente evitamos los restaurantes de cómida tipica abrimos una excepcion para comer la famosa fritanga en la Calera, Chia o Siberia dependiendo del plan del día.
Para mi un ajiaco hoy en dia representa muchas cosas, es uno de mis platos favoritos de la gstaronomia colombiana, representa tambien y porque lo quise volver ritual el sabor con el cual me despido de Bogotá, siempre el dia que me devuelvo a Portugal el almuerzo de despedida es un ajiaco preparado especialmente para mi, ese dia logro reunir la familia los abuelos, los hijos, los nietos, los tios ahi estamos todos juntos, el sabor del ajiaco lo guardo en mi memoria como un tesoro, como un elemento estimulante para luchar contra la nostalgia.
Una de las primeras cosas que me regaló mi mamá cuando me vine a vivir a Póvoa fueron las cazuelas de barro negro para el ajiaco, tienen los orillos y la base en plata, esa fue la forma que mi mamá encontró para darle un toque más elegante a las rusticas cazuelas infelizmente solo he hecho ajiaco una vez en 10 años... ajiaco sin guscas no es ajiaco! por esa razon desistí de preparar mi plato favrito pero aquella cómida con amigos portugueses fue my bien servida.
Un día fui a un almacén de decoración que en España se llama Habitat es una cadena Holandesa y que aqui en Portugal por motivos comerciales pasó a ser Area, me sorprendí cuando vi en la novedades expuestas una vajilla que llevaba el nombre "Colombia" era la vajilla de barro negro hecha en Raquira nunca me habia fijado en la vajilla como una excelente pieza de diseño, expuesta junto a otros elementos que incorporaban color como el mantel o los utensilios de silicona ahi estaba un producto nacional brillando, junto a Alessi o Bodum.
Confieso que estuve tentada a pagar cuatro o cinco veces más e valor de la vajilla, solo para completarla me hace falta la olla gigantesca para preparar el Ajiaco no importan las guascas quiero la olla.